Tradúceme.

domingo, 13 de marzo de 2016

Preludio de un beso.

Hablamos, estamos cerca, tu mano roza la mía de vez en cuando ¿sin querer?. Alargo mis dedos para no perder ese leve contacto, queriendo. Te ríes, te miro. Mis ojos se han quedado enganchados de los tuyos, un instante más de lo que debía. Para desengancharme voy bajando poco a poco la mirada ¿tímida? ¿coqueta? insinuante, y acaricio con ella el resto de tu cara. Me detengo en tu boca, jugosa,  entreabierta, y siento la imperiosa necesidad de sumergirme en su humedad, de morder tus labios, de enredarme en tu lengua. Y sujetando la mía suspiro y giro la cabeza, mirando a ninguna parte. Vuelvo a mirarte, el viento mueve mi pelo y me tapa la cara, y dejo que lo apartes despacio. Doy un paso hacía ti, ¿o lo has dado tú hacía mí? Tienes unos ojos preciosos, tan cálidos, tan brillantes, tan vivos, tan fijos en los míos, tan cerca...tan cerca que tu aliento empieza a confundirse con el mío...